El fruto prohibido, según la Biblia, es el nombre dado al fruto que crece en el Jardín del Edén y que Dios ordena a la humanidad que no coma. En la narración bíblica, Adán y Eva comen el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal y son exiliados del Edén.
Y el Señor Dios mandó al hombre y a la mujer diciendo: «De cada árbol del jardín puedes comer libremente, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal, no comerás de él, porque en el día en que comas de él seguramente morirás.»[1]
Como metáfora fuera de las religiones abrahámicas, la frase se refiere típicamente a cualquier indulgencia o placer que se considere ilegal o inmoral.
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